SIGUIENDO LA HUELLA DE LOS LÍDERES

POR FRANCISCO JAVIER CAPI HERNÁNDEZ
LOS TUXTLAS, VERACRUZ

EL TERROR SE EXTIENDE A TODA LA ENTIDAD VERACRUZANA.

Está plenamente comprobado que el crimen organizado sentó sus reales en todo el Estado, pues los focos rojos existen no sólo en Coatzacoalcos, Tuxpan, Poza Rica, el puerto de Veracruz, Boca del Río, Orizaba, Córdoba, la cuenca del Papaloapan y la zona piñera, sino también en la mismísima capital.
En Los Tuxtlas ha sembrado el terror una banda de asaltantes, que operan en la carretera costera del golfo, desde Paso del Toro hasta Acayucan. Ya fueron aprehendidos dos delincuentes, después de robar con lujo de violencia un jetta a un ex-funcionario del gobierno municipal saliente de Santiago Tuxtla.
Pero como las diferentes dependencias policiacas no pueden garantizar la seguridad de la carretera costera del golfo, a través de la cual llegan los turistas a la mágica región de Los Tuxtlas, debería ser protegida por el ejército o la marina.

LOS TROPEZONES DE LOS NUEVOS ALCALDES

Las arcas municipales las encontraron vacías, en el mejor de los casos. En otros, hasta el mobiliario se llevaron, o dejaron deudas que serán una pesada carga con la que tendrán que lidiar las administraciones entrantes.
En esta región, el caso más penoso es el de Saltabarranca. Tan grande fue la voracidad del anterior gobierno, que el ineficaz Orfis ha llamado a rendición de cuentas al ex alcalde Adán Sosa Zamorano, al ex síndico Fernando “Yiyo” Valerio Hernández, al extesorero Rigoberto Aguirre Mulato, a la excontralora Irene Rivera Tejeda y hasta la ex regidora, María Antonia Medina Rodríguez; esta última para que se deslinde de responsabilidades, pues nunca estuvo de acuerdo con los turbios manejos de las finanzas públicas y no firmó las cuentas, y cuando firmó, lo hizo bajo protesta.
Aunque también es lamentable la actuación de los exalcaldes de Catemaco, Lerdo de Tejada y Alvarado, pues el quebranto patrimonial que les heredan a Eliuth Cervantes, Gaspar Cruz y Sarita Herrera, los tiene en un predicamento, por lo que deberían pedirle al congreso que exija al Orfis que audite a Jorge González, Héctor Llamas y Bogar Ruiz, para que respondan por sus nefastas administraciones.

TODOS UNIDOS CON TLACOTALPAN

En la próxima fiesta de la Candelaria, debemos solidarizarnos con nuestros hermanos de Tlacotalpan, para presionar a los gobiernos federal y estatal, para que rescaten a la Perla del Papaloapan, que es patrimonio cultural de la humanidad.
A los habitantes de este bello lugar debe garantizárseles que no se repetirán las inundaciones; por lo que es menester empezar a realizar obras de infraestructura hidráulica y el dragado del Papaloapan, para eliminar los azolves que impiden que el agua circule libremente hacia el mar, y que ha propiciado que se formen un gran número de lagunas, en la desembocadura de este imponente río, las que canalizan el agua hacia Lerdo y Saltabarranca.
Desazolvando el Papaloapan, volverían a llegar las embarcaciones a Tlacotalpan, como antes; cuando llegaban barcos de la madre patria, con mercaderías diversas. De esa manera se estaría promoviendo el turismo nacional e internacional hacia Alvarado, Tlacotalpan y toda la costa de Los Tuxtlas.
Por ello es digno de aplauso, la intención de Sarita Herrera, presidenta municipal de Alvarado, de hacerle un merecido homenaje a Oscar Camarero Figueroa, constructor de la embarcación Zamná.
El maestro Camarero es un constructor naval nato, y alvaradeño de cepa pura, considerado uno de los cinco constructores mundiales de embarcaciones de madera. Con él al mando, los astilleros de Alvarado recuperarían su esplendor, construyendo naves como las carabelas de Colón que hagan recorridos desde Veracruz hasta la Perla del Papaloapan, para posteriormente seguir su recorrido hacia las playas de Los Tuxtlas.
Mujer visionaria, Sarita Herrera sabe que Alvarado no sólo debe vivir de la pesca, sino también de la industria sin chimenea. Por ello, la dupla Sarita Herrera – Elena Zamorano, diputada local, debe motivar a los demás alcaldes de la cuenca, pues los beneficios llegarían a los pueblos ribereños, como Acula y Amatitlán, que son grandes productores de especies marinas comestibles. El turista tiene predilección por los pescados y mariscos, así que habría mercado para todo lo que se pesque.