Héctor Yunes Landa
Recuperar la Economía, el gran reto para dar un Nuevo Rumbo al país
A pesar de encontrarnos inmersos en plena campaña electoral rumbo al Senado de la República, entre eventos y reuniones, buscando el respaldo ciudadano para la jornada electoral del 1 de julio, considero importante aprovechar este espacio de reflexión para difundir nuestras propuestas, ya que, finalmente, es lo que más le interesa al electorado escuchar. En este sentido, en las próximas entregas del Articulista Invitado, iré desagregando nuestros compromisos de campaña en materia legislativa para dar a conocer lo que pienso hacer en la Cámara Alta si el voto mayoritario de los veracruzanos favorece a la formula priista de candidatos al Senado que integramos mi amigo Pepe Yunes y este servidor.
La económica es una de las materias que más nos preocupan a los mexicanos, y con toda razón, porque México tiene en este tema uno de los más grandes retos para encontrar las estrategias que deben desarrollarse para garantizar al menos cuatro objetivos básicos:
a) Recuperar e incentivar un crecimiento más acelerado de la economía;
b) Hacer que ese crecimiento sea sostenido y buscar su sustentabilidad;
c) Asegurar que el desarrollo económico sea incluyente, es decir, que genere los empleos necesarios y con una remuneración suficiente, que abra oportunidades para todos, y
d) Encender nuevos motores en la economía nacional, recuperando el equilibrio de desarrollo regional que se ha dislocado a lo largo de los últimos años.
En el PRI estamos convencidos que no sólo es posible lograrlo: es urgente hacerlo. México necesita un nuevo rumbo y lo demanda de inmediato. Por desgracia, en los últimos 12 años el país se ha caracterizado por ser una de las economías con menor crecimiento, con mayor generación de pobreza y con menor equidad distributiva.
No pretendemos ignorar que desde el 2008, el contexto económico mundial ha sido adverso, pero eso no justifica que estemos cruzados de brazos, esperando la recuperación económica de los Estados Unidos, nuestro principal socio comercial, proceso que por cierto, no termina de llegar y que por el contrario, se mantienen las amenazas de que continuará la crisis sobre nuestros vecinos y, por extensión, sobre las economías europeas tradicionalmente más sólidas, como son Alemania y Francia.
No podemos evitar pensar ¿Qué es lo que pasaría si Francia y Alemania dejan de exportar a sus vecinos o si el impacto de la crisis afecta a China más de lo estimado? Una pesadilla sin duda. En este aspecto diversas fuentes estiman que en menos de un año, en China cerraron más de 67.000 empresas manufactureras debido a la caída de las exportaciones por la reducción del consumo en Estados Unidos y Europa. Si se frenan los dos motores principales de la economía mundial, el impacto negativo en el resto del mundo será inevitable.
La realidad para nuestro país es que después del colapso del 2008 en que nuestra economía decreció, las estimaciones para 2012 apenas alcanzarán para reponernos con un insuficiente 3.1 por ciento de crecimiento para el presente año.
Consideramos entonces que ante el nebuloso panorama internacional, es impostergable que en México se realicen los cambios necesarios para estar en posibilidades de darle un nuevo rumbo a nuestro país. No podemos seguir por la misma ruta equivocada en que se ha convertido la economía mexicana, que vergonzosamente se está caracterizando por generar desempleo y hacer crecer la desigualdad y el rezago social. No podemos continuar con un país donde baja la creación de empresas y crece la informalidad. No podemos tolerar un modelo de país donde baja la generación de riqueza y crece la violencia.
No hay elección, no podemos seguir el camino por el que nos han llevado los panistas. Como propone nuestro candidato a la Presidencia Enrique Peña Nieto, México necesita un nuevo rumbo y Veracruz requiere estar a la vanguardia de ese gran cambio que deseamos impulsar los priístas.
Entre otros aspectos, tenemos que incrementar la competitividad y generar una mejora sustancial del marco regulatorio. La competitividad de México ha venido decayendo de manera consistente a lo largo de los últimos años. Los datos de diversas mediciones, como las que realiza el Foro Económico Mundial, hablan de que México atraviesa por problemas muy serios en competitividad económica que deben ser resueltos en muy poco tiempo.
La falta de una política sistémica para fortalecer la competitividad ha tenido efectos muy negativos en el desempeño económico de México. En este sentido podemos destacar los siguientes datos para tener una idea del deterioro que nos acecha:
a) La competitividad global del país se redujo en 16 lugares, al pasar del número 42 al 58 según el Foro Económico Mundial;
b) El tamaño de la economía se contrajo del número 10 mundial al 15 en 2010, según el Fondo Monetario Internacional;
c) La ONU reporta que en cuanto a la atracción de nuevas inversiones, el país pasó del lugar número 13 en 1994 al 25 en 2009; d) El crecimiento económico ha venido disminuyendo de manera consistente.
De acuerdo al FMI el crecimiento económico con Carlos Salinas de Gortari fue de 3.8% promedio anual, con Ernesto Zedillo de 3.4%, con Vicente Fox de 2.4% y hasta el quinto año de Felipe Calderón, ha sido de 1.8% como promedio anual.
En resumen, la falta de competitividad repercute directamente en la falta de crecimiento del país, ante ello, hay muy poco por agregar, pero sí mucho por hacer. Esto es lo que nos proponemos enfrentar al llegar al Senado, por supuesto contando con el favor del voto de los veracruzanos. Como pueden advertir apreciados lectores, hay mucho por hacer por nuestro México.
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