miércoles, 1 de junio de 2011

RULETA TUXTLECA

ÁNGEL BRAVO MARTÍNEZ


SERVICIOS PERICIALES, CLOACA JUDICIAL

La bomba ya tronó al interior de la Delegación de Servicios Periciales del Distrito Judicial de San Andrés Tuxtla, al mando del Licenciado Ricardo Pérez Castro, dependiente de la Procuraduría General de Justicia y por estos días más de dos habrán de enfrentar serios problemas judiciales y hasta la cárcel deberían ir a parar por ser malos servidores públicos, por delitos tales como, incumplimiento de un deber legal y al mismo tiempo abuso de autoridad.

La podredumbre y corrupción que allí impera no es nada nuevo, numerosas personas han sido víctimas de la deshonestidad de quienes realizan certificados médicos, Necropsias y toda clase de levantamiento de cadáver, inspecciones ministeriales en el lugar de los hechos, certificación de lesiones, (aun cuando no las hallan), dictámenes en Dactiloscopia, Rodosinato de Sodio, balística, causalidad en tránsito terrestre, valuaciones, etc, etc, dándole en la madre a quien cae en sus garras, para ellos, todo es el billete fácil, sin impórtales que les queme las manos y la conciencia.

También se vislumbra el valemadrismo, hacen lo que quieren y como quieren y póngale usted como le ponga, mueven a su libre albedrío los certificados médicos legistas, todo de acuerdo al color y numeral del billete, de igual manera emiten los dictámenes periciales en cualquier área, sin el pleno conocimiento científico, dañando a la sociedad y volviendo dobles victimas con resultados de falta de ética, de conocimiento técnico que avalen legal y jurídicamente una resolución transparente y honesta en las instancias ministeriales y judiciales para todo aquel que se ve involucrado en algún delito del orden común.


SOLO PARA QUE USTED TENGA UNA IDEA DE CÓMO SE LAS GASTAN

Se dio el deceso de una persona del sexo femenino, su hija, una menor de 9 años la encontró boca arriba de bajo de una recámara, ya sin vida, alarmada gritó a su progenitor Juan Carlos López Escribano y éste a su vez pidió la ayuda de los voluntarios de la Cruz Roja quienes confirmaron su muerte.

La hoy occisa respondía al nombre de Isela Reyes Aguirre, de 35 años de edad, con domicilio en calle San Juan Núm. 5 de la Col. Villa de Santa María, de esta ciudad de San Andrés Tuxtla.

Más tarde personal de la Agencia del Ministerio Público se trasladó hasta ese domicilio y ordenó el levantamiento del cadáver, para trasladarlo a las instalaciones del Anfiteatro para que se le practicara la Necropsia de rigor, a fin de determinar legalmente las causas de su muerte, muy a pesar de que el ahora viudo indicó a las autoridades que su mujer estaba enferma de hipertensión arterial y que estaba en tratamiento médico.

Durante varias horas el cadáver permaneció en la morgue, sin que le practicaran la necrocirugia, hasta que el encargado de una funeraria a quien le apodan el “diente de lata” que trabaja en contubernio con los de servicios periciales, en medio de la clandestinidad abrió la puerta de acceso principal de la morgue, se robó el cadáver y procedió a prepararlo con formol, en todo el cuerpo, para velarlo y más tarde le dieran cristiana sepultura, el servicio, claro está con un alto costo en materia económica que se reparten entre los médicos legistas, ya que le dan preferencia en los servicios funerarios.

Ya sobre la media noche alguien orientó a los familiares de la occisa que para poder sepultarla tenía que tener el certificado de defunción debidamente firmado, esto por parte de uno de los médicos legistas, quien al ser requerido se negó a firmarlo simple y llanamente porque no se había practicado la autopsia.

Al tener conocimiento de lo anterior rápidamente el Agente del Ministerio Público se trasladó hasta el domicilio de la occisa donde reinada la consternación, el dolor y luto entre familiares y amigos, hizo la revisión del cadáver y se percató de que sus instrucciones no se habían cumplido, por lo que verdaderamente molesto levantó la respectiva acta e instruyó a los ministeriales para que otra vez su cuerpo fuera trasladado a la morgue, claro está en medio de la indignación y el coraje de la familia.

Ya hay denuncia formal ante el Ministerio Público, allí se dan todos los por menores con lujo de detalles de la corrupción y la verdadera cloaca putrefacta de quienes conforma la Delegación de Servicios Periciales y se espera que se actué con todo el peso de la Ley, todo el rigor de la Ley, porque también está el reciente caso, en las que perdió la vida en un accidente de tránsito un joven estudiante, cuando en compañía de otros jóvenes se desplazaban hacia Catemaco sobre la carretera Federal a bordo de un taxi, los muy malditos certificaron que su muerte se debió a “Anemia Aguda” cuando en realidad fue por traumatismo craneoencefálico, como como consecuencia del fatal accidente ya que la unidad cayó a un barranco de más de 5 metros tras ser impactado por otro taxi que venía en sentido contrario, el conductor irresponsable de una camioneta estaba ebrio, fue detenido y más tarde liberado. Así se las gastan.

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