CHICAGO, EU.- Los adolescentes violentos podrían estar reproduciendo el modelo de sus familiares adultos o tener padres con actitudes favorables a los enfrentamientos, aseguró un estudio que publicó la Academia Estadounidense de Pediatría, con sede en Chicago.
El análisis expone que los adultos de una familia tienen una influencia sustancial en la participación de los adolescentes en una pelea.
Por ejemplo, muchos estudiantes latinos indicaron que sus padres consienten la pelea sólo cuando son agredidos físicamente, pero también dijeron que el no querer herir o avergonzar a sus padres podría alejarlos de un enfrentamiento físico.
Para el estudio, el equipo de investigadores organizó 12 grupos con 65 estudiantes de escuelas secundaria y preparatoria, donde se discutió por qué los jóvenes pelean y cómo la violencia puede ser prevenida. Los grupos fueron divididos por raza/etnia y si los estudiantes eran peleadores o no.
Los jóvenes dijeron que peleaban para defenderse o defender a otros, para ganar o mantener el respeto, para responder a insultos verbales o porque estaban enojados debido a otros factores de estrés. Las adolescentes agregaron que por chismes o celos como razones para pelear.
Las discusiones mostraron que las actitudes de los padres hacia la pelea y el modelo de comportamiento agresivo que representan influyen en las peleas juveniles.
Los especialistas encontraron que las actitudes de la familia también pueden impedir que los jóvenes peleen, así como la influencia positiva o negativa de sus compañeros para parar o propiciar una pelea.
"Por lo tanto, las intervenciones para prevenir peleas juveniles deben involucrar tanto a los padres como a los adolescentes", precisó el autor principal del estudio, Rashmi Shetgiri, profesor de pediatría de la Universidad de Texas y del Centro Médico Infantil de Dallas.
Los no peleadores dijeron utilizar diversas estrategias para evitar enfrentamientos como alejarse, hacer caso omiso de los insultos o bromear para disipar la tensión. En tanto, los peleadores aseguraron que son incapaces de ignorar los insultos y son conscientes de algunos métodos de resolver conflictos.
Entre las opciones sugeridas por los propios jóvenes en el estudio están los programas de manejo de la ira y el estrés dirigidos por adultos jóvenes que han superado la violencia, y sesiones de consejería médica acerca de las consecuencias de los combates.
"Los resultados sugieren que puede haber diferencias entre hombre y mujeres adolescentes, raciales/étnicas, así como entre grupos de riesgo, y factores protectores para evitar las peleas", añadió.
"Esto tiene implicaciones importantes para los programas de prevención de la violencia y personas que trabajan con los adolescentes violentos", concluyó Shetgiri.
No hay comentarios:
Publicar un comentario